Obras Concierto en Canto

Todas y cada una de las cosas conducen hacia una sola y misma esencia… Ida y Vuelta. Matices del alejamiento y del acercamiento, evolución y transformación del referente al otro y a uno mismo. Enraizada en la antigua memoria de una familia humana en vía de desaparición, la palabra liberada de Fátima es la perpetuación de lo que siempre fue, la encarnación del poder creador esencial: el sonido original del lenguaje de los pájaros.

Al mismo tiempo, en y más allá del lenguaje, ella nos habla del destino de la música antes de haber emergido a la luz de lo escrito, de su historia de antes de la historia, de su vida anterior, acercándose a la función última de la música: un alimento posible para el crecimiento y la evolución del ser, que no está ahí para gustar o disgustar sino para hacer comprender, a través de una calidad de escucha vibrante, una parcela de verdad.

Habitada por el genio de lo posible, su voz reflexiva y reflectante, de irisaciones sutiles y nacaradas

Alankara Skin; Dhrupad Dream-, nos devuelve a nosotros mismos esta chispa en medio de las tinieblas, como aquellos espejos enterrados en las tumbas precolombinas y también en el espacio mediterráneo, a fin de guiar a los muertos a través de los Infiernos. Pero es a los vivos a quien ella acompaña desde profundidades telúricas hasta las más altas cimas, a lo largo del árbol de la vida, impulsada por el entusiasmo de la Idea.

Presencia de lo sensual y de lo espiritual, del desgarramiento sufriente a la transparencia cristalina

Canto Largo; Alankara Skin-, integración de los dos mundos en una sola y misma persona, expresándose a través de la voz que se encuentra en el centro: ineludible trabajo de torso, fírmemente plantado en tierra por técnicas ancestrales para poder levantar el vuelo con temperamento y desde una ironía traviesa, algo absolutamente loco pero totalmente controlado, escrito con extremada precisión, pero sobrepasado por lo indescriptible –El Principio del Fin; PercuVOZ -.

Fátima es la savia que corre por el centro de este árbol-pasaje, transgrediendo todas las fronteras, las de las limitaciones del cuerpo y las de la espesura de las culturas, trascendiendo las épocas, los géneros y las categorías en su atanor musical, iniciando a la complejidad luminosa en nombre del movimiento vital del ritmo.

Exactitud de la aventura y disciplina de la viajera que abre las puertas a nuevos sentidos por medio de la exploración corporal y lúdica – PercuVOZ; Sobre Saltos -, ya que no podría ser tan solo etérea…

¿Exageración? ¡No!, desmesura más bien, o en-cantamiento provocado por el flechazo de la Dama de los Espejos, como Quetzalcoatl, la Serpiente Emplumada, quien al percibir su reflejo, inducido por el Dios de la Noche, se identifica con la humanidad y por ello cae fulminado. O como Don Quijote, a quien el Caballero de los Espejos intenta curar de su locura reflejándole su verdadero rostro.

Juego de espejos-inversiones simbólicas. En un mundo en el que todo ya es masivamente probable, el verbo limitado y la idea subordinada al vacío del arte por el arte, Fátima permite la irrupción de la sorpresa, el asombro provocado por el humor y los excesos de una mujer salvaje que despliega ante la faz del mundo y ante los oídos de quienes saben escuchar, el sonido del adentro. Cleo y Polymnia a la vez, ella también es Erato, ¡ aquélla que juega y ama!.